Buena bienvenida es la que le acaban de propinar las FARC de Chávez, al nuevo presidente de Colombia. ¡Pobre mi Argentina y pobre Latinoamérica! ¡Seguimos durmiendo y dándole la posibilidad a la guerrilla genocida de deshacer a voluntad!
¿Acaso no nos hemos curado de espanto o nos gusta vivir y morir en el espanto?
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