viernes, 18 de diciembre de 2009

LA MEMORIA DEL GRAF SPEE

La memoria del Graf Spee surca Montevideo a 70 años de su última batalla
La memoria del temido acorazado alemán Graf Spee volvió a surcar hoy las aguas del Río de la Plata con un homenaje a los caídos en la contienda y la apertura de una muestra dedicada al histórico conflicto, cuando se cumplen 70 años de su última y épica batalla contra la Armada Británica.

Veintiún cañonazos de honor y un emotivo toque de silencio quebraron la tranquila mañana de Montevideo en recuerdo de los fallecidos en la batalla del Río de la Plata, en la que el Graf Spee, orgullo de la marina de la Alemania nazi, se enfrentó a los cruceros británicos Exeter, Ajax y Achilles en el primer combate naval de la Segunda Guerra Mundial.

El acorazado alemán logró dañar gravemente a sus rivales, si bien los daños que recibió en la desigual batalla le obligaron a refugiarse en el puerto de Montevideo, donde quedó atrapado.

El final del episodio, con el buque dinamitado por su propia tripulación a la entrada del puerto para que no fuera capturado por sus enemigos, forma parte desde entonces del imaginario colectivo de Uruguay y de miles de aficionados a la historia naval.

Casi tanto como al barco, una joya de la tecnología alemana, diseñado para ser "más fuerte que el más veloz, y más veloz que el más fuerte", también se recuerda el triste fin de su carismático capitán, Hans Langsdorff, quien se suicidó en Buenos Aires días después del hundimiento del acorazado.

Precisamente para fomentar el estudio y el recuerdo de estos hechos, el Museo Naval de Uruguay aprovechó la ocasión para inaugurar una sala dedicada a la batalla, reformada y modernizada con materiales originales rescatados del barco hundido, fotografías, maquetas y donaciones de diversos protagonistas de los hechos.

En la actualidad, el museo exhibe varios cañones y piezas rescatadas del pecio y posee, aunque no la muestra al público, la enorme águila imperial de bronce con una esvástica entre las garras que presidía las correrías del acorazado contra el tráfico mercante.

Entre los participante en el homenaje, que también incluyó una ofrenda floral, se encontraban antiguos tripulantes del Graf Spee, además de la hija de Lagnsdorff, Inge Nedden, que tenía cuatro años cuando su padre se convirtió en uno de los primeros héroes de la guerra.

El marino de 93 años Hans Eubel, el último de los supervivientes del acorazado que vive en Uruguay, destacó a Efe que con actos como el de hoy, en el que estuvieron presentes también autoridades y un destacamento de marinos británicos, se permite apreciar "la hermandad entre los pueblos" a 70 años de aquel brutal conflicto.

Eubel recordó, sin embargo, que durante las andanzas del Graf Spee como buque corsario no se produjo una sola baja entre los tripulantes de los barcos mercantes que hundió, ensalzando la figura de Langsdorff como un auténtico "caballero de los mares", tal y como lo reconocieron sus propios enemigos británicos.

Pese al tiempo transcurrido, Eubel aún rememora con "dolor" el hundimiento del barco, en la que participó poniendo explosivos en la sala de máquinas antes de abandonar el barco.

"Naturalmente que duele.

Con la pérdida del barco destruimos nuestro baluarte, nuestra única posibilidad de defensa y nuestra patria durante cuatro meses", afirmó.

Para la hija de Langdorff, el interés que aún despierta la batalla del Río de la Plata sigue siendo "impresionante y emocionante".

Según dijo a Efe, la memoria del "Graf Spee" quedó grabada durante generaciones porque en su momento el suceso tuvo tal magnitud "que las familias se lo contaban a sus hijos como los cuentos infantiles", un hecho que perdura hasta hoy día.

UNA SOCIEDAD CON FFAA PARA ADMIRAR

Alvaro Mellizo

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