Los argentinos del tango, el fútbol y el chamuyo, no estamos disociados de la realidad que nos acosa y nos remueve la memoria hasta el último rinconcito de la caja de neuronas.
Se nos plantea un presente que muestra una vez más, como en las vidrieras de los cambalaches, ver mezclada la Biblia, junto a un calefón.
La tengo bien clara, somos 40.000.000 de directores técnicos de nuestro alicaído Rejuntado Nacional de Fútbol, que por fin, nos hemos puesto de acuerdo.
Es archi sabido que el fútbol es un juego, pero, cualquier equipo que lo juega, si no sabe a que juega, su técnico tendrá que investigar las causas de tal efecto.
Es ahí donde estamos de acuerdo el ramillete de técnicos y ciudadanos argentinos.
Además, creo que hoy, ninguna funeraria aceptaría hacer el velatorio a este conjunto de jugadores sin savia ni corteza, con un maestro conductor que tal vez nos resulte mejor como representante de la cultura argentina, en la próxima feria del libro, que se realizará en Frankfurt, Alemania en el año 2010.
Como es de público conocimiento, Diego Maradona fue designado, conjuntamente con Carlos Gardel, Evita Duarte y el Che Guevara, como paradigma de nuestra cultura, por la inefable Presidenta, Cristina Fernández.
Como director técnico, anda como puede con su chamuyo, ya que con lo demostrado hasta ahora, dudo que alguna vez logrará conducir a sus estrellas para que brillen en el firmamento futbolero.
Como estamos en un país donde los perdedores, se la creen de vencedores.
Kirchner, perdedor de alto vuelo, desde el 28 de Junio, maneja los piolines de sus títeres, con la misma alegría que Chasman haciendo hablar a su muñeco Chirolita.
Todo está enroscado en el mismo paquete, fútbol, política y versos en todos sus niveles.
Hoy, los que son nadie, son los que nos auguran las calamidades que sufriremos si seguimos creyendo que el 28 de junio les hemos robamos la delantera.
Luís D’Elía, que según el gobierno y el Jefe del Gabinete, Alberto Fernández, es nadie, es, sin embargo, el personaje más requerido por los medios y de su boca, en competencia con el ilustre Maradona, perlitas que digamos, no salen.
Pero, es Néstor Kirchner, el ventrílocuo que le hace decir al enriquecido enemigo de los ricos y los blancos, Luís D’Elía, todo lo que dice.
Al igual que Maradona que interpreta y dice por ella, todo lo que Cristina quiere.
¿Será por eso que es de hecho la máxima expresión de la cultura nacional?
Sin embargo, no puedo dejar de insinuar, que lo que mejor le cabe, es instalarse en la AFA y conjuntamente con el Zar, Don Julio Grondona, para esperar a todos aquellos que quieran hacer feliz a Maradona, con lo que tanto pidió, después de haber logrado una vergonzante clasificación para Sud África 2010.
La memoria, virtud que nos ayudaría a revivir lo que se debe recordar, y así repetir las buenas actitudes que nos llevaron, en mas de una ocasión a transitar por andariveles, que en la actualidad pareciera que estamos a años luz.
El fútbol como asignatura vital para los argentinos corre paralelo junto a este gobierno contaminado de kirchnerismo.
Pero estamos a tiempo de rectificar rumbos y de esta forma la ciudadanía mezclados con los fanas futboleros, llegaríamos a un respiro de nuestras angustias políticas, económicas, sociales y futbolísticas.
Ya que hablamos de memoria,
¿recuerdan que la Argentina fue el país más seguro del mundo?
Hoy, lo que es seguro es que todo lo que reflotemos con la ayuda de la memoria, que nos recuerde el respeto que teníamos por nuestros mayores y nuestros maestros se ha convertido en una utopía.
El ministro, Alberto Fernández, más alcahuete de nuestra reina sin corona, que ministro con independencia propia, y arrugado súbdito del patrón de la estancia, es otro de los Chirolitas a la orden del devenido titiritero y ventrílocuo.
Todavía sigue mintiéndonos con su cacareada sensación de inseguridad, mientras que los crímenes, asesinatos y robos en y de todos los niveles, desautorizan sus rebusques dialécticos.
Finalmente, si el Deportista Argentino del Siglo pasado, según la decisión del Círculo de Periodistas Deportivos, sigue haciendo equilibrio sobre una cuerda floja, sin saber qué hacer con sus jugadores, estamos perdidos en la nebulosa del espacio.
¿Se acuerdan cuando los galaicos elegían a la Argentina para salvarse?
Hoy no pudimos salvarnos del paseo que generosamente nos endilgaron los artistas de la Madre Patria, ya que nos hicieron precio y no nos jugaron a matar.
Cualquier semejanza con la realidad, es real.
Manuel Lichtenstei
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