Por las presiones oficiales sobre los bancos y las casas de cambio
Martín Redrado seguirá en su despacho del BCRA por varios días y la presión desmedida del gobierno sobre la justicia y los medios puede generar pánico en el mercado, donde los principales operadores y el subestimado "chiquitaje" desarmarían sus posiciones en depósitos en pesos que venzan en los próximos días para pasarse al dólar, que en nuestro país sigue siendo una reserva de valor, al igual que los ladrillos.
En cambio, si el gobierno se tranquiliza y no agita las aguas, dejando que Redrado se quede en el Central y la Cámara en lo Contencioso Administrativo resuelve que el decreto de su remoción es nulo, es posible todavía instalar la calma en los mercados.
Pero es sabido que Kirchner siempre redobla la apuesta y no le importa soportar una fuga de capitales de 5 ó 6.000 millones de dólares.
El problema es que la confianza que se había instalado los últimos cuatro meses se derrumbó y habrá seguramente una caída fuerte de las inversiones y una suba mayor de la inflación, que llegaría al 25% anual, lo que impedirá que la economía crezca ni siquiera 1 punto del PBI, y hará que sigamos con la estanflación en la que vivimos.
Desde el segundo semestre del 2008, cuando estalló el conflicto del campo con la 125, no se había vivido una situación igual.
Con lo cual están en la razón los que se refieren a esta crisis como la 126.
La pregunta que se hace el mercado es si ésta será la última crisis financiera que generan los Kirchner por tener un déficit fiscal insostenible y si la corrida bancaria y cambiaria no se puede llevar puesto al matrimonio.
Las respuestas las tienen los Kirchner.
Guillermo Cherashny
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