La conexión K de los Juliá
El gobierno nacional se ha molestado en aclarar que Eduardo Juliá fue gerente del PAMI cuando Víctor Alderete era el interventor de ese organismo.
La aclaración incluye que Juliá había continuado en dichas funciones con Eduardo Pacheco, el primer interventor del PAMI designado en el gobierno de Duhalde.
Pero es necesario aclarar que hijo del ex jefe de estado mayor fue dejado cesante en el gobierno de la Alianza, gracias a la actuación del triunvirato compuesto por Cecilia Felgueras, Graciela Rosso -actual intendente de Luján- y Horacio Rodríguez Larreta.
En esa época se le inició el juicio por defraudación, por contratarse a sí mismo en los convenios firmados con Medical Jet.
Nuevas protecciones
Juliá no es de rendirse fácil.
Intentó volver al PAMI durante la gestión de Eduardo Pacheco en la presidencia de Duhalde .
Y también con el reemplazante de éste, el chubutense Héctor Corchuelo Blasco. Pero tanto éste como el entonces Ministro de Salud Ginés González García le dijeron que no.
Donde reaparece designado como gerente financiero es en la gestión de Juan González Gaviola, que fue nombrado por Néstor Kirchner al frente del PAMI apenas llegó al poder en mayo del 2003.
La gestión de éste duró poco, porque Jorge Lanata descubrió un negociado suyo y el gobierno lo trasladó entonces a la Superintendencia de AFJP.
El entonces Jefe de Gabinete, Alberto Fernández, sacó entonces de la galera el nombre de Graciela Ocaña, quien mantuvo en el cargo a Juliá por seis meses, hasta que finalmente lo desplazó.
Para ese entonces, el actual narco ya había realizado como piloto viajes de campaña para Néstor Kirchner en el 2003.
Esta función de contacto directo con el nuevo presidente es la que explica su designación por González Gaviola y su continuidad con Ocaña.
Posteriormente, los hermanos Juliá le vendieron un avión a Lázaro Báez y siguieron manteniendo contactos con el kirchnerismo aunque no se sabe en qué negocios.
Jueces lentos
Sí sobran indicios de que los Juliá estaban en excelentes relaciones con altos mandos de la Fuerza Aérea hasta que estalló el escándalo de Southern Winds, ya que disponían de hangares en Morón y el Palomar, desde donde se habría cargado la tonelada de cocaína, lo que también pudo haber ocurrido en Ezeiza, cuestión que hasta ahora no está aclarada.
La conexión de los Juliá con Néstor Kirchner en los principios de su gobierno y con los altos mandos de la Fuerza Aérea durante los ocho años de kirchnerismo estaría influyendo en el actual curso de la investigación judicial.
El juez en lo penal económico Alejandro Javier Catania tardó nueve días en allanar las oficinas de los Juliá y así fue cómo no encontró nada.
Una actitud similar a la del magistrado Daniel Petrone, que congeló la investigación de la valija de Antonini Wilson.
Ahora quedan dos dudas:
a) quién era el dueño del avión y
b) de quién era la carga de cocaína.
Esto lo está investigando la justicia española, ya que de la argentina no se puede esperar mucho.
Guillermo Cherashny
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