Los Kirchner llegan a Fin de Año maltrechos.
Los dos.
La que está aquí y el que camina más allá, dice, junto a la muchedumbre obligada al aplauso fácil.
No es el Estado sino el Gobierno el que se encuentra herido.
El Estado es una entelequia propia de liberales de derecha o izquierda.
El Gobierno es una realidad que les permite a los funcionarios hacer cualquier cosa, por supuesto que lo más es enriquecerse a costa de los dineros públicos.
¿Para eso tanta perorata y bravuconeada barata?
Sí, para eso.
Lo demás es para la tribuna ávida y drogada de los Tinelli & Cia de la tarde televisiva.
Buenos Aires, está convulsionada.
El país, no.
Se explica.
Acá se centran todos los canales de televisión y cualquier energúmeno pasando por las huestes de Hoffa y sus pichones tiene cámara al instante.
En el interior (¿cuál es el exterior?) son pocos y se conocen mucho, se trabaja de sol a sol y no tienen tantos vagos que mantener.
Es más fácil.
Vaya el izquierdista embustero que se hace llamar progresista a encapucharse y cortar una calle en esas latitudes y verá qué le pasa.
Y que no se le ocurra llamar a Zaffaroni para que lo vaya a sacar porque también lo meten adentro.
¿Pero y el Pacto de San José Costa de Rica?
¿Y los Derechos Humanos?
¡Qué barbaridad!
El Gobierno (no el Estado) se aproxima al 31 de diciembre con muletas y marcapasos.
Enero le avizorará una pequeña tregua que podría extenderse a febrero.
Después, Dios proveerá, o tal vez consiga algún crédito con que los buenos prestamistas que siempre ayudan a la Argentina le otorguen y que en algún momento los hijos de los hijos de los que ahora se encuentran bajo la férula del Gobierno (no del Estado) honrarán.
Es historia.
Mientras, histérica, la población de la nueva gran capital bolivariana y su arrabal, más conocido por su nombre de guerra, el Gran Buenos Aires, despotrican por los hechos de violencia sucedidos en las últimas semanas.
Anestesiada por completo y a punto de ser lobotomizada, no distingue entre sucesos nuevos y clonación de conocidos.
Es como la repetición de películas por cable.
El abonado las ve tantas veces que confundido y al límite de su capacidad de observación cree que lo que se le ofrece es un estreno exclusivo.
¿Un grupito de delincuentes corta las vías del ferrocarril y paraliza el servicio con total anuencia del Gobierno (no del Estado)?: película vista.
¿El Gobierno (no el Estado) llega tarde al lugar de los hechos, estos se desmadran y reprime tarde, mal y a las personas equivocadas?: película vista.
¿El Gobierno (no el Estado) acusa a organizaciones políticas de promover los desmanes?: película vista.
¿El Gobierno (no el Estado) que hace apología de la no judicialización de la protesta dice que se va a presentar ante la Justicia para denunciar a quienes cortaron las vías?: película vista.
¿Delincuentes encapuchados prenden fuego a la puerta de la Legislatura porteña con total anuencia del Gobierno (no del Estado)?: película vista.
¿Otros delincuentes cortan totalmente la avenida 9 de julio por horas con total anuencia del Gobierno (no del Estado)?: película vista.
¿Una ola de calor produce cortes de energía eléctrica en numerosos barrios de la Ciudad?: película vista.
¿La asunción de nuevos funcionarios en el área de la Inseguridad produce una purga de la plana mayor de la Policía?: película vista.
¿Se producen intrusiones en terrenos públicos y privados?: película vista.
¿Los funcionarios de la Nación y de esta Ciudad compiten en echarse culpas por cuestiones que les atañen a ambos?: película vista.
¿Barrabravas y punteros políticos se encuentran al mando de las usurpaciones?: película vista.
¿Gobiernos extranjeros inmiscuyéndose en situaciones de índole estrictamente nacional?: película vista.
¿Gobiernos diciendo que se orquestan campañas en su contra o que no los dejan gobernar?: película vista.
¿Se prioriza al extranjero en detrimento del compatriota?: película vista.
Y fueron tantas las “novedades” en estos últimos treinta días que la población se encuentra psíquicamente agotada.
Si a eso se le suma el comer desmedido y la gran ingesta de alcohol de las fechas que se viven, sería de esperar que los muchachos que organizan estos simpáticos eventos tengan un poco de piedad y no alarguen la diversión hasta Reyes.
Eso sería poner a la población en peligrosa situación de riesgo.
Pero el Martín Fierro de latón de todo este show se lo llevan los Gobiernos (no los Estados) nacional y el de esta Ciudad que después de semanas siguen jugando al Gran Bonete y al Gato y al Ratón con la invasión del Baldío Panamericano como si no tuvieran nada que ver en el inicio, duración y culminación de la toma.
Si gracias al conflicto que produjo la Resolución 125, la clase media urbana se anotició finalmente de cuál es la función que cumplen los hombres y mujeres de campo en la economía e historia del país, la intrusión de una gran extensión de tierra pública en la Capital Federal de la República puso al descubierto la verdad acerca del inmenso comercio legal y por izquierda que produce la ocupación de tierras fiscales.
Eso fue lo mejor que pudo suceder.
Pero los vecinos indignados ante tamaña prueba de lenidad por parte de los funcionarios olvidan que el Gobierno (no el Estado) está formado por el Poder Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, y que marchan de común de acuerdo en las líneas directrices gubernamentales.
Estas tres patas rengas, con algunos leves matices de disidencia, se mueven a favor del juicio a los militares que combatieron a los guerrilleros; en no penalizar el uso de droga; en acrecentar los “derechos” de los delincuentes y abreviar los que corresponden a sus víctimas; en aumentarse los respectivos presupuestos; apoyar el matrimonio homosexual y seguramente el aborto; dar asilo a terroristas extranjeros y amplias garantías de impunidad a los propios, etc.
La prueba más palpable con relación al tema fue lo ocurrido en los principios de los años 70 con la ocupación de los monoblocks 126, 127 y 128, ubicados sobre la avenida Roca, en el barrio de Lugano, que habían sido construidos por la Asociación Bancaria para sus afiliados.
Cada uno contaba con 56 unidades de 4 y 5 ambientes más la unidad destinada a portería y fueron usurpados en una toma que encabezó el sacerdote villero Carlos Mujica.
Como era de esperar, los jueces otorgaron la titularidad de dominio a los usurpadores y dejaron en la calle a sus verdaderos dueños.
Luego, como ocurre por lo general con las viviendas que se otorgan desde el mana oficial a los más “necesitados”, la mayoría de los departamentos fueron vendidos mediante el conocido ardid de la “cesión de derechos” y sus moradores volvieron a la villa con mucho más dinero del que partieron.
Ese juego inmobiliario tiene plena vigencia.
Todos los responsables de las distintas áreas de Gobierno (no del Estado) nacional y comunal sabían lo que iba a ocurrir en el Baldío Indoamericano, porque el 5 de noviembre pasado había sido adelantado por un periodista zonal.
Al respecto, Jorge A. Hernández expresó en su medular nota “Sensacional sensación de seguridad”, del pasado 9 de diciembre (ver archivo): “Hay policías de todo tipo: Federal, Metropolitana, Seguridad Aeronáutica, Militar, Prefectura, Gendarmería, de seguridad vial y además está el Servicio Penitenciario Federal.
También es numerosa y variada la cantidad de organismos y estructuras nacionales e internacionales dedicadas a tareas de inteligencia preventiva de las actividades ilegales como la Secretaría de Inteligencia (SI), el Servicio de Inteligencia Naval (SIN), de Inteligencia Militar, la DEA, la CIA y seguramente otras tantas que trabajan entre bambalinas al margen o en el mismo umbral de la ley”.
De manera que si con todas estas apoyaturas no lo sabían, está mal; y si lo sabían, mucho peor. No pueden zafar.
El primer tero de la toma fue Sergio Schoklender que como corresponde, gritó en otro lado del que tenía guardado sus preciados huevos.
Con un libreto escrito al mejor estilo Beni Hill aseguró: “Vilma Ripol, el MST, el PO y todos los trotskistas se están aprovechando de la situación”.
Bueno, que en las villas se pueda encontrar un militante trotskista es todo un descubrimiento, a no ser que se haya descubierto a sí mismo si es que porta la misma ideología de su patrona.
Casualmente, un empleado suyo, Alejandro Salvatierra, con lazos con el PC a través del “docente” Francisco Nenna, los piqueteros Edgardo Depetri y Emilio Pérsico, y el senador Daniel Filmus, todos de innegable relación fotográfica con el blindado terrorista chileno Galvarino Apablaza, se dio el lujo de hablar en la Casa Rosada en nombre de los usurpadores y después, sin que mediaran muchas explicaciones de parte de su ex empleador, fue despedido de la Constructora Madres de Plaza de Mayo, habiéndole agradecido, creemos, los patrióticos servicios prestados a esa gran institución.
Después de la cesantía, acongojado, Salvatierra, pidió que al estar sin trabajo esperaba que en un futuro las Madres pudiesen rever la medida.
¿Por qué los usurpadores se fueron tan rápido?
¿Por qué había tantas carpas con el mismo techo color azul?
¿Descuento de fin de Año?
¿Quién va a construir las viviendas para los usurpadores?
¿Quién va a otorgarlas?
¿Cuánto costarán?
¿Por qué no se dio a conocer el acuerdo entre el gobierno nacional, el de la Ciudad, los usurpadores y los “referentes sociales”?
¿Qué acordaron el martes 14, Sergio Schoklender y el ministro de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad?
¿Cuánto cuesta una vivienda realizada por la Constructora Madres de Plaza de Mayo?
¿Cómo andan sus finanzas?
¿Qué significa una purga policial?
¿Por qué no se sabe nada de los gendarmes después que fueron baleados en una villa?
Juan Salinas Bohil
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