SE EXTIENDE LA
REBELIÓN
"A nadie sorprenderá que tanto políticos como editorialistas prefieran las interpretaciones más simplistas entre todas las disponibles.
Con ello no hacen sino seguir
los esquemas tradicionales de los partidos.
Quien pretenda describir los
esfuerzos de éstos, no tendrá que
extenderse
demasiado."
Hans Magnus Enzensberger.
Hans Magnus Enzensberger.
Perspectivas de guerra civil". (Anagrama) Pag. 34
Por Carlos Manuel
Acuña
Como si fuera una mancha de aceite que se extiende poco
a poco pero de manera constante, la rebelión civil que se inició el jueves
ultimo con un cacerolazo en distintas ciudades del país, sonó como un
mazazo en la cúspide del poder central que registró un
verdadero sacudón.
Este fue tardío y tomó por sorpresa a la Casa Rosada y la
residencia de Olivos donde Cristina Fernández de Kirchner quedó azorada ante las
noticias que recibía para luego ingresar en un fuerte estado de histerismo.
La
orden para que "La Cámpora" salga a competir con los manifestantes muestra hasta
que punto afectó el razonamiento presidencial cuyos deseos se aplicaron bajo el
lema
"No tenemos que perder la calle".
Los más avezados de los jóvenes
"camporistas"
- con seguridad los menos jóvenes y mejor
remunerados - entendieron que "perder la calle puede ser el principio de un
descalabro", idea que primó entre los analistas aunque no utilizaron ese vocablo
tremendista.
Sonaban las cacerolas y cornetazos de los automóviles y aún
no se sabía lo que pcurría en otras ciudades del país como, Córdoba por ejemplo,
donde vía internet y otros medios electrónicos, se supo después que más de diez
mil personas se reunieron en el centro y alrededores de la capital mediterránea
mientras gritaban otras consignas igualmente duras, que apuntaban contra la
corrupción, la inestabilidad económica y la inseguridad.
La ruidosa exteriorización del malestar ciudadano duró cerca de una hora, plazo que se repitió en otros lugares donde fueron un denominador común los golpeteos y gritos repetidos desde los balcones de casas y departamentos.
La ruidosa exteriorización del malestar ciudadano duró cerca de una hora, plazo que se repitió en otros lugares donde fueron un denominador común los golpeteos y gritos repetidos desde los balcones de casas y departamentos.
Luego, con ciertas
excepciones, cayó el silencio.
Casi todos los medios de comunicación callaron o
no le dieron la magnitud que merecía este suceso, lo que más tarde se entendió
al saberse las grandes presiones que se pusieron en marcha.
Anteanoche y a la
misma hora ocurrieron algunos remezones y comenzó a conocerse cómo se produjo
este verdadero acontecimiento político pero sin partidismos.
La convocatoria se
puso en marcha mediante correos electrónicos una vez comenzada la semana hasta
que mediante el "twitter" y otros sistemas modernos que integran las llamadas
redes sociales, llamaron a concentrarse en determinados lugares con la respuesta
conocida.
Desde la Plaza de la República, después de algunas vueltas alrededor
del Obelisco, un grupo de casi dos mil personas marchó hacia la Casa Rosada
donde se concentró y gritó las mismas consignas contra la corrupción, la
inoperancia del Congreso, las presiones sobre la Justicia y hasta con
expresiones abiertamente contrarias a la persona de la presidente de la
República.
Allí, se supo que elementos de "La Cámpora" se dirigían al lugar
donde se decidió esperarlos.
La Policía se colocó de tal manera que apuntó a
evitar un encontronazo y llegado el momento la situación se limitó a un
intercambio de insultos que luego disminuyeron hasta la desconcentración de los
dos grupos.
A esa hora se sabía que los "camporistas" habían sido convocados de apuro y que éstos no salían de su asombro por la decisión demostrada por los manifestantes.
A esa hora se sabía que los "camporistas" habían sido convocados de apuro y que éstos no salían de su asombro por la decisión demostrada por los manifestantes.
También nacieron versiones que luego fueron
confirmadas, en el sentido de que para este jueves 7 habrá otro "cacerolazo".
Internet se llenó de correos en tal sentido y no se hizo difícil palpar tres
cosas: el esfuerzo desplegado por el gobierno para silenciar lo ocurrido, la
verdadera alteración del ánimo presidencial y la orden impartida a Axel Killisof
y al ministro De Vido, de salir al aire e informar que no se estudiaba "la
pesificación", lo que no pudo evitar que se acentuara el retiro de los depósitos
en dólares en cantidades alarmantes, pero también los realizados en pesos;
incluso el movimiento en las cuentas corrientes demostró que el público tenía
fresco el recuerdo del "corralito" y que la situación se enrarecía ante el
inicio de un perceptible e incipiente desabastecimiento.
Simultáneamente, desde
el campo se lanzaba la información en el sentido de que la resistencia al
"impuestazo" en la provincia de Buenos Aires - que en realidad favorecía al
gobierno Central - sería duradera con el inicio de un cese de toda clase de
actividades por nueve días, a cuyo vencimiento si no se daba el supuesto del
levantamiento de la medida fiscal, "la situación se complicaría".
Desde el
Movimiento Confederado del sector (CRA y CARBAP) se registraba la tensión del
momento y la consulta con otras entidades representativas ratificaban lo que en
su momento habíamos adelantado: el confñlicto se nacionalizará y abarcará a todo
el país.
Para colmo, se conoció el vergonzozo intercambio de correos entre el diputado "camporista" José Ottavis y otros compañeros de bancada, en los que se hablaba de sobornos para lograr el quorum necesario para sesionar y así, poder sancionar la Ley correspondiente.
Para colmo, se conoció el vergonzozo intercambio de correos entre el diputado "camporista" José Ottavis y otros compañeros de bancada, en los que se hablaba de sobornos para lograr el quorum necesario para sesionar y así, poder sancionar la Ley correspondiente.
El mundo político y no político
sufrió un verdadero sacudón, se anunció que el Fiscal platense Marcelo Romero
iniciaba las investigaciones del caso y pedía a las empresas telefónicas la
información sobre estas comunicaciones.
Lo que ocurría era algo más que un
alboroto, pues concurrentemente, mientras se vivían las consecuencias del
"cacerolazo" se conocía que el Grupo de los 6 (G6) de la industrializada
Córdoba, hacía saber su gran preocupación por la grave situación económica
provincial que registraba el cierre de fábricas y suspensión de personal, tal
como lo explicamos ayer.
La Bolsa de Comercio y Cámaras y Federaciones locales
produjeron un comunicado que se conoció al mismo tiempo que los productores
agropecuarios difundieron otro para oponerse y resistir el impuesto territorial
en un frente común con las organizaciones de otras provincias.
El gobernador
Uribarri había respirado tranquilo al estimar que el silencio de los productores
ante el incremento en un 300 por ciento de ña contribución territorial, le
aseguraba la financiación que le negaba la Casa Rosada.
Pero ahora las cosas
cambiaron y puede decirse que la disposición de varios gobernadores para iniciar
la circulación de cuasi monedas, las demoras en pagar sueldos y atender las
cuentas de los proveedores, ampliaba una parálisis y una incógnita con tendencia
a ampliarse.
Sólo los medios independientes hacen referencia a este panorama en tanto crecen las críticas a las opiniones sobre las capacidades del entorno presidencial.
Sólo los medios independientes hacen referencia a este panorama en tanto crecen las críticas a las opiniones sobre las capacidades del entorno presidencial.
Cunden los comunicados de protesta y las versiones con sus
corrrespondientes contraversiones, crean una atmósfera enrarecida que se agudiza
ante expresiones insólitas e imprudentes como la del senador nacional Aniball
Fernández, aunque en realidad no sorprenden como lo merecerían dada la
personalidad del ex jefe de Gabinete.
El núcleo duro del cristinismo - Carlos
Kunkel, el ideólogo Carlo Zannini, el joven Killisof cuyo crecimiento rutilante
duró poco y lo que podríamos llamar como la plana mayor de los muchachos
"camporistas" - comienzan a tropezar en este escenario de opereta.
Cristina pasa
de los retos a los gritos, a suspender audiencias concedidas y ahora no se sabe
donde ubicarlo al cambiante Horacio Verbitsky que desapareció de la ceremonia de
Página 12 cuando habló la viuda para conmemorar el aniversario del diario que
fundó y dirigió Lanata hasta su venta años atrás.
Todo es grave en estas circunstancioas, tanto por lo que se hizo como por lo que no se hace y otros anuncios que se esperan como ser, más prisiones de militares y civiles especialmente seleccionados que se producirían a tambor batiente ante el convencimiento de que las medidas serían populares, lo que es indicativo que se desea mantener a toda costa el gran negocio de los derechos humanos.
Todo es grave en estas circunstancioas, tanto por lo que se hizo como por lo que no se hace y otros anuncios que se esperan como ser, más prisiones de militares y civiles especialmente seleccionados que se producirían a tambor batiente ante el convencimiento de que las medidas serían populares, lo que es indicativo que se desea mantener a toda costa el gran negocio de los derechos humanos.
Shocklender
y Bonafini hija intercambian públicamente y ante la justicia escandalosas
informaciones sobre la estafa de las casas populares y salvo honrosas
excepciones, la ausencia de los políticos y sus partidos es otra explicación de
los cacerolazos que exijen castigos y soluciones. La gente reemplaza a quienes
se dicen dirigentes bajo cambiantes siglas identifcatorias
A medidas que transcurren los días, los memoriosos recuerdan que cuando Raúl Alfonsín se aproximaba a renunciar antes de concluir su mandato, había hecho lo mismo para culpar a otros de su fracaso e inventar conspiraciones que no existían con el único resultado de una triste carcajada general.
A medidas que transcurren los días, los memoriosos recuerdan que cuando Raúl Alfonsín se aproximaba a renunciar antes de concluir su mandato, había hecho lo mismo para culpar a otros de su fracaso e inventar conspiraciones que no existían con el único resultado de una triste carcajada general.
También se recuerda que
a comienzos de este verano ya se vaticinaba que después del primer semestre
del año se agudizaría la crisis, proceso que comenzó a insinuarse con el intento
de esmerilar las figuras de Mauricio Macri y Daniel Scioli por su capacidad de
competir con el oficialismo en futuras elecciones.
Cristina se puso más nerviosa
cuando conoció las conversaciones de estas dos figuras entre ellas pero sonrió
cuando le informaron de la división de la alicaída Unión Cívica Radical, con el
alfonsinismo recostado a favor del gobierno y otra corriente que conversa con
dirigentes de otras fuerzas, lo que es toda una novedad entre aquellos que
tararean "que se rompa pero no se doble...".
Lo cierto es que el kirchnerismo
puede ufanarse de haber trastocado todo el esquema político - partidario de la
Argentina, dato que puede ser positivo según se mire pero que se ensombrece
cuando desde el Frente para la Victoria se deslizan sobornos, desprendimientos
que buscan romper más todavía al peronismo, se reverdecen ideologías
destructivas de la nacionalidad y de la verdad histórica y se utiliza a la
corrupción como instrumento de gobierno.
Posiblemente, el "cacerolazo" del jueves, la posición adoptada una vez más por el campo, las declaraciones que empiezan a surgir desde distintos sectores, el anuncio sutil (para poder hacer lo contrario si un milagro modificara las cosas) de que no habrá reelección, algún posible cambio en la Corte Suprema y en el ámbito judicial, constituyan algo más que señales de lo que puede hacer la participación ciudadana como fuente natural de una moral soberana.
Posiblemente, el "cacerolazo" del jueves, la posición adoptada una vez más por el campo, las declaraciones que empiezan a surgir desde distintos sectores, el anuncio sutil (para poder hacer lo contrario si un milagro modificara las cosas) de que no habrá reelección, algún posible cambio en la Corte Suprema y en el ámbito judicial, constituyan algo más que señales de lo que puede hacer la participación ciudadana como fuente natural de una moral soberana.
Una moral, es cierto, pero que requiere
hechos concretos para sustentarse.
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