Obviamente no me refiero a mi madre biológica, sino a la madre que el vituperable ex presidente Néstor Kirchner nos endilgó públicamente, en su exposición en la Asamblea de la ONU en el año 2007.
Este conflictivo y nefasto personaje colocó un verdadero estigma a todos los argentinos cuando nos relacionó con esta desquiciada y grotesca mujer.
No solo los argentinos la conocen sino también es conocida internacionalmente… pero no precisamente por su lado positivo, en el supuesto que lo tenga, sino por todo lo contrario.
Es madre supuestamente, de dos hijos desaparecidos.
No obstante, según una difundida versión, sus dos hijos, según su ex esposo, estarían viviendo en España.
De ser ello cierto, ya estaríamos ante un grave delito, una estafa, para poder cobrar una suma cercana al medio millón de dólares del Estado Argentino, por sus dos hijos desaparecidos.
Hebe de Bonafini se desempeña como presidente de la Fundación “Madres de Plaza de Mayo”.
Esta organización nació durante el gobierno militar, para intentar el reclamo de madres que buscaban averiguar el paradero de sus hijos detenidos-desaparecidos.
De acuerdo a números fehacientes, el total de estos estaría en el orden de un poco menos de 9.000 individuos, de los cuales un importante porcentaje desapareció durante el gobierno peronista anterior al gobierno militar.
Bajo ningún punto de vista, es la cifra de los 30.000 desaparecidos, que logró este gobierno, instalar exitosamente en la opinión pública.
¿Quiénes eran estos detenidos desaparecidos?
No eran ni más ni menos que esa juventud maravillosa, “los imberbes estúpidos” que el general Perón echó de la Plaza de Mayo.
Las Madres son en consecuencia, los parientes directos de aquellos argentinos, muchos de ellos adoctrinados y adiestrados en Cuba, de buena fe o no, que equivocados, se alzaron en armas contra las autoridades buscando derribar el gobierno para instalar un régimen castro marxista-leninista, totalmente ajeno al sentir de la mayoría de los argentinos.
En esencia, eran los que secuestraban para conseguir fondos para la “causa”, los que asaltaban comisarías e unidades militares para conseguir armamento, los que asesinaban a mansalva a los agentes policiales de los barrios para robarles el arma reglamentaria, los que robaban bancos y financieras, los que copaban pueblos y pequeñas ciudades, los que ponían bombas para instalar el terror en la ciudadanía, los inventores de las “cárceles del pueblo”, los que fusilaban sin miramientos y misericordia a funcionarios y uniformados, para nombrar solamente algunos de sus numerosos, graves y aberrantes delitos.
Son los hijos de las Madres, que mediante el terrorismo y la subversión, desataron la violencia fratricida en nuestro país.
Volviendo a Bonafini, una mujer ordinaria, mal hablada, grosera, verdaderamente impresentable en el estricto sentido de la palabra, es una de las protegidas y mimadas del matrimonio presidencial.
Bonafini se hizo célebre y tristemente famosa no sólo en nuestro país, sino también en otros muchos países, no por su condición de presidente de la Fundación, sino por sus frases y expresiones desafortunadas llenas de odio, rencor e intolerancia que generan una unánime repulsa y condena pública.
En España en particular le fue prohibido el ingreso al país por su apoyo a la organización terrorista ETA.
En una de sus aberraciones verbales, había expresado que “el Estado español está en guerra contra los vascos” y que los presos etarras “son para el mundo un ejemplo de dignidad y de resistencia”.
Su boca es una verdadera cloaca de la cual surgen expresiones y palabras soeces del peor calibre, agravios, insultos, y una reivindicación a la lucha armada y a la revolución violenta.
Escuchar a una dirigente argentina con semejante lenguaje y con conceptos absolutamente reñidos con el sentir de los argentinos, causan pena y vergüenza ajena.
En aras de la brevedad de esta nota, no repetiré los mayores denuestos pronunciados públicamente por esta “abanderada de los Derechos Humanos” de los Kirchner, ya que están disponibles para su consulta en varios medios e internet.
Simplemente quiero mostrar uno que pinta de cuerpo entero a esta agitadora social.
En oportunidad de la inauguración del Museo de la Memoria expresó:
“Que pena que no estén los FAL, las armas con la que nuestros hijos quisieron hacer la revolución.
Si el museo no va a mostrar cómo fue esa organización revolucionaria, las luchas que se libraron, los hechos que se realizaron, no sirve”.
Solamente al matrimonio presidencial, viendo en este oscuro engendro humano, un instrumento para sus oscuros y viles designios, pueden haber pensado en investir como autoridad de una fundación, a una verdadera vergüenza como lo es Hebe de Bonafini.
Esta mujer es funcional a los designios de la presidente.
Es uno más de los nefastos personajes que son pilares del gobierno de Cristina.
“Dime con quién andas y te diré quién eres” dice el refrán popular.
Es uno de los discutidos personajes que pululan en la esfera cercana a la presidente.
Su presencia en casi todas las apariciones públicas de Cristina, ocupando lugares preferenciales cercanos a ella, para simbolizar el afecto y la identificación ideológica entre ambas.
Así fue a lo largo de ocho años.
Hoy pareciera que ese “idilio” está en serio peligro.
Actualmente Bonafini vuelve a ser tapa de todos los medios por el descomunal escándalo por malversación de fondos públicos de su fundación, que por la relación con Cristina, no solo roza a la presidente sino que la afecta directamente.
En el día de hoy el gobierno sabiendo que está en la cuerda floja, pergeñó una estrategia para presentar a Bonafini, como querellante de la causa en la cual ella es una de los principales actores…y también de directa responsabilidad.
El asunto es ganar tiempo a toda costa y empleando como siempre los hicieron los Kirchner, cualquier recurso.
El gobierno sabe que su suerte está relacionada con la suerte de Bonafini.
Timerman, el torpe y obsecuente canciller, con su habitual delicadeza, recientemente, nadie sabe con qué finalidad, expresó: “…que es de muy mal paridos” a los que dudan sobre los posibles desmanejos de los fondos públicos que se utilizaban en la Fundación.
Vuelvo a estar indignado, no solo nos roban, sino ahora también los “perritos falderos”, advenedizos y sumisos, nos insultan.
¿Habrá alguna instancia para quejarnos por estas afrentas y maltrato?
Alfredo Raúl Weinstabl
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